El cristiano vive santificando cada jornada, dando gracias. Quejarse de todo es una costumbre que hay que erradicar, porque significa vivir en la exigencia y con cara de amargado todo el día. Esto está muy lejos de la humildad.«¡Ay de mí, estoy perdido, porque soy un hombre de labios impuros y vivo entre un pueblo de labios impuros, y mis ojos han visto al rey, Yavéh de los Ejércitos!» Is 6, 5
Hoy, Ezequiel, nos da una muy buena noticia, pronto volvemos a casa:
Los sacaré de las naciones, los reuniré de entre los pueblos y los traeré de vuelta a su tierra. Ez 36, 24
Q PENA Q SOLO DURE EL CAMPAMENTO 9 DIAS. UNA VEZ MAS GRACIAS P TODO LO Q HACEIS P NUESTROS HIJOS.
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